Iván Higueras. Castellón
Anoche estuve pensando varios titulares para escribir en este artículo. Había pensado en frases como: tropezón histórico; o el Castellón se salva del primero tropiezo. Creo que el segundo concuerda con lo que ha sido el partido, pero no me la he querido jugar tanto, que para titulares así ya está el diario MARCA.
Qué bonito es el fútbol modesto y qué bonito son las eliminatorias de ascenso. Hoy, toda España estaba paralizada por el fútbol, pero no por el Madrid ni el Barça, sino por el Murcia, Elche, Mallorca, Castellón y un sinfín más de ciudades y pueblos que vibran por sus clubes. Lo vivido hoy en nuestra ciudad, Castellón, ha sido indescriptible.
He salido de casa a las 17:30 horas y, como siempre me ocurre, ya me veía llegando tarde. Por una casualidad del destino he encontrado aparcamiento al lado del Temple Bar, local en el que iba a ver el partido con unos amigos. Inocente de mi, que pensaba que no iría mucha gente a ver el partido, había salido con el tiempo justo, pero confiado de encontrar un taburete en condiciones. Cuando iba con el coche por el Paseo Morella y veía a niños, adultos y ancianos con la elástica albinegra, empezaba a ponerme en lo peor, no tendría mi taburete.
Me he dicho a mí mismo que sería pura coincidencia. Qué inocente, Iván. He aparcado a las 17:45 horas y cuando me he dirigido al Temple Bar he empezado a ver más y más gente con la camiseta del Castellón. Qué orgullo he sentido cuando he entrado al bar, pero también ansiedad porque no tenía mi preciado taburete. Me ha salido la vena de aficionado ilusionado, pero también la vena periodística y me he puesto a inmortalizar el momento desde todos los ángulos.
Mi curiosidad no tenía límites y también quería saber cómo estaban el resto de bares de la ciudad. ¿Cómo van a estar, Iván? Llenos. He sentido orgullo y pasión por una afición que lucha por su equipo sin el apoyo de las instituciones, sin iniciativas como poner pantallas gigantes. Lo siento, Ayuntamiento de Castellón, pero existen las redes sociales y vamos a ver a nuestro equipo cueste lo que cueste. Y hoy lo hemos demostrado.
El partido ya lo han visto todos, un empate a uno con una primera parte muy mala del equipo orellut, pero con una segunda parte que refleja el camino que estaba haciendo el equipo en los últimos partidos. Yo quería quejarme de los cambios de Sergi, de la tardanza, pero claro, entra Iván Sales y marca el gol de todos. Qué le voy a decir al hombre.
El ambiente vivido con el gol - aunque ya lo sabíamos porque los transistores siempre nos hacen spoilers - ha sido único. El éxtasis entre aficionados, camareros y transeúntes que pasaban por ahí y se unían a la fiesta ha sido un aperitivo de lo que nos puede esperar el próximo domingo.
El equipo tiene que mejorar mucho para pasar la eliminatoria y poder ascender, pero a la afición no se le puede pedir nada más. Espero que el Ayuntamiento no ponga una pantalla gigante en una hipotética última ronda porque prefiero que se enriquezcan los bares. Cinco partidos y a Segunda División B. Durante el partido he conseguido un taburete, pero los nervios eran muy fuertes y se ha quedado sin dueño.
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