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Los filiales okupas

Actualizado: 8 may 2018



Iván Higueras. Castellón


El día de ayer fue muy especial para toda la afición albinegra. Era la penúltima jornada de liga y nos visitaba el Orihuela, un equipo un punto por encima del Castellón en la clasificación. El resto ya lo conocéis. El C.D Castellón se impuso a su rival por 2 goles a 1 de gracias a un penalti convertido por Javi Rubio y a una fantástica contra finalizada por el killer David Cubillas.


La victoria estuvo acompañada por el apoyo incondicional de la afición con un recibimiento en la Calle Huesca a la altura de muy pocos equipos, incluso de Primera División. Con la mejor entrada de la temporada con más de 12 000 albinegros, la afición homenajeó a su guardián de la portería en los años 70 y 80, Dragomir Racic, quien disfrutó de una de las mayores ovaciones que se recuerdan en el feudo albinegro.


Todo fue conforme habíamos soñado la noche anterior. Todo, excepto una cosa. El Atlético Levante, filial del Levante U.D de Primera División, venció a La Nucía y se colocó un punto por encima del Castellón y tres por encima del Orihuela. Esto significa que el C.D Castellón no depende de sí mismo para poder ser campeón del grupo VI de Tercera División, ya que aunque gane al U.D Alzira, deberá estar pendiente del resultado del Atlético Levante contra el Orihuela. Sí, el Orihuela, el tercer clasificado y un punto por debajo del Castellón. Ni en las mejores películas de Hollywood habrían preparado un guion así.


Yo les recomiendo que vayan preparando el corazón porque promete ser una jornada de transistores y, para que mentir, será de esos días por los que la gente se acaba enamorando del fútbol. Qué quieren que les diga, es de esas jornadas en las que la adrenalina te hace experimentar sensaciones que quizá otro sienta haciendo escalada o saltando en paracaídas.


Ayer fue un día de albinegrismo en efervescencia, de cábalas por la clasificación en liga y al ver cómo el Castellón dependía de lo que hiciese el filial del Levante, no pude evitar hacerme una pregunta: ¿Por qué no hay liga de filiales en España? Es un tema que siempre está de actualidad entre los aficionados, pero los periodistas siempre echan balones fuera con un, en mi opinión, oportunismo comparativo con Inglaterra. En Inglaterra hay liga de filiales: en España no. España gana mundiales, Eurocopas, Champions League y Europa League: Inglaterra no. Hasta aquí todo muy bien. Incluso me cuesta rebatir este argumento de los periodistas que he introducido yo mismo en el artículo.


El propio Pep Guardiola dio la razón a los periodistas: « El problema que tenemos en Inglaterra los entrenadores con respecto a los filiales es que no compiten; sólo juegan entre ellos, sin público. En España, los segundos equipos del Barcelona o el Madrid juegan frente a 40.000 personas cada fin de semana. Esa es la mejor manera de mejorar». Es un argumento ante el que poco puedo decir para rebatirlo, pero si se mira desde otra perspectiva quizá cambie.


Entre Segunda División, Segunda División B y Tercera División hay 47 filiales compitiendo. Eso implica 47 plazas que no pertenecen a otros clubes que son históricos en el fútbol español. Aquí os adjunto una tabla con los filiales que compiten en esas categorías para que se den cuenta del gran problema que conllevan y puedan ver qué filiales están en una categoría por encima de su equipo.


Tabla con los filiales en Segunda División, Segunda División B y Tercera División | Elaboración: Propia

En la tabla pueden ver los filiales de Segunda División como son el Barcelona B y el filial del Sevilla F.C, ambos al borde del descenso. Estos dos equipos, para que se hagan una idea, están ocupando plazas que podrían pertenecer a clubes como el Racing de Santander, con 45 temporadas en Primera División. Además, es curioso porque el Racing de Santander perdió ante el Barcelona B el playoff de ascenso a Segunda División con un Sardinero con más de 20 000 espectadores. Esas dos plazas podrían ser ocupadas también por equipos como el Sabadell, el Racing de Ferrol, el Mallorca, el Real Murcia o incluso el Arenas de Gexto, uno de los fundadores de la Liga Española.


La situación empeora cuando abandonamos el fútbol profesional y llegamos al pozo de la Segunda División B para todos estos gigantes del fútbol español. El caso más claro lo vemos en el grupo II, en el que los filiales de Sporting de Gijón, Real Sociedad y Athletic Club de Bilbao ocupan la segunda, tercera y cuarta plaza respectivamente. Mientras, en Tercera División, en las provincias que optan por ascender a ese grupo de Segunda División B, hay equipos como el SCD Durango o el Real Avilés luchando por subir de categoría.


Otro caso llamativo es el del grupo I de Segunda División B. El filial del Deportivo de la Coruña, del Real Madrid y del Celta B ocupan la segunda, quinta y octava plaza respectivamente. Siguiendo el esquema del ejemplo anterior, en Tercera, hay equipos como el RSD Alcalá o el SD Compostela esperando su oportunidad para recuperar una plaza en el grupo I de Segunda División B.


Y como no, también voy a hablar del equipo más importante e histórico de los 18 grupos que conforman Tercera División, el C.D Castellón. Con más de medio siglo en el fútbol profesional, el Castellón está en Tercera debido a la pésima gestión de unos dirigentes que solo buscaban su tajada en el club castellonense. Después de jugar cuatro playoff de ascenso a Segunda División B, el Castellón está luchando por ganar el campeonato y promocionar un año más. El club albinegro ya se enfrentó en un playoff de ascenso al Córdoba B en 2013 y no le fue muy bien porque cayó eliminado. Sí que tuvo más fortuna ante el filial del Málaga, aunque acabó cayendo en última ronda frente al Gavá. Ahora, el Castellón lucha por el liderato ante otro filial - el Atlético Levante- para ascender y consumar así uno de los años más importantes de su historia.


Esta es la lucha del Castellón contra los filiales para volver al fútbol profesional. Y hay cientos de luchas así por todo el país. Quizá el señor Pep Guardiola tenga razón y los filiales adquieren una mayor competitividad y experiencia, pero de lo que se olvida es que el fútbol es mucho más de lo que él ha conocido. El fútbol son capitales de provincia arrastrando miles de personas a estadios para ver a su equipo en la cuarta categoría del fútbol español batallando para ascender categorías. El éxito no solo se mide con ganar trofeos, señor Guardiola; el éxito también se mide con la capacidad de convertirse en el corazón con el que late una ciudad, y el motivo por el que los niños van felices al colegio cada lunes.


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